Santander perdió una parte muy importante de su identidad y carácter en aquel incendio de 1941 que arrasó su centro histórico construido anteriormente al siglo XVIII. Hoy su patrimonio y singularidad están sustentados fundamentalmente en sus valores ambientales y pasiajísticos, vinculados a sus entornos «naturales». De la ciudad moderna, lamentablemente, poco que decir y valorar.

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«Escolleras en La Magdalena»