Cantabria, todos lo saben, es dueña de un rico Patrimonio Arquitectónico que abarca, casonas y palacios, torres señoriales, molinos, ferrerías, iglesias, y ermitas y también casas bajas, sencillas, en hilera… reflejo de una historia y de una memoria colectiva que nos proporciona carácter. Algunos pueblos como Santillana, Liérganes, Cartes o Riocorvo son, todo ello, un conjunto único.

Mucho de este patrimonio se deteriora y se pierde cada día, los ejemplos y las llamadas de atención son constantes. Muchas son las causas de su perdida entre las que destacamos el paso del tiempo que es principio y fin, la marcha de la gente de los pueblos a las ciudades, la desaparición del mayorazgo, las calamidades naturales, las guerras que en España nos acompañaron siempre y la especulación, el olvido y la desidia que son quizás las peores.

En los últimos tiempos, nuestra sociedad democrática y más sensible se hizo más participativa, creo instituciones culturales y dictó leyes protectoras para evitar estas pérdidas, pero parece que algo se escapa porque parte de nuestro Patrimonio, que es de todos, continúa en un triste camino de deterioro y en ocasiones de olvido.

Hoy traemos a estas páginas la situación de un edificio emblemático e histórico, como pocos, que corre riesgo inminente de desaparición; la Casa de Pico Velasco, también llamada de los Godos, y en este caso se perderá por la mano del hombre en una, a nuestro parecer, actuación desafortunada.

En esta edificación entre Angustina y Carasa, separado de Limpias por el río Asón, se entrecruzan la historia y la leyenda y esto la confiere de un halo mítico y singular. Un manuscrito del siglo XVI del Condestable de Castilla, Pedro Fernández de Velasco relata que después de que los godos señorearan España, uno de ellos llamado Velasco, edificó una torre cerca de un monte con una peña en lo alto, al que llamaron el Pico de Velasco.  Dominadora de la costa y del territorio, fue considerada   casa solar de los Velasco, uno de los linajes más importantes y cercanos al rey en la Castilla medieval y moderna.

En 1653, sobre los cimientos de la torre, el Caballero de la Orden de Santiago y primer marqués de Pico Velasco, Francisco de Velasco y Alvear, Capitán General del ejército de Flandes y gobernador de la Ciudadela de Amberes reconstruyó la casa. De ella nos han llegado fotografías, era y sigue siendo de planta cuadrangular, dos plantas, piedra de sillería y tejado a cuatro aguas. En la planta baja una arquería de tres arcos de medio punto precede al soportal. En la planta superior, sobre la arquería de la primera planta, se dibujan tres vanos rectangulares con balcones enrejados, el del centro está coronado por el escudo sobre Cruz de Santiago de armas de Arce y de Velasco.

La Dirección General de Cultura en 2008 la declaró inmueble a proteger, incluyéndole en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria, por ser “ejemplo de la arquitectura civil del S. XVII”.  De forma impecable, el Gobierno de Cantabria la incluyó en la categoría de bien protegido para preservar su imagen y carácter ante las posibles destrucciones, o transformaciones que pudieran amenazarle en el futuro. Fruto de esta inclusión y respetando la ley y tal como dice el artículo 53 de la Ley de Patrimonio, –las actuaciones que se pretendan hacer en un bien inventariado han de respetar las características esenciales del inmueble, se conservarán las características topológicas, morfológicas, espaciales y volumétricas más significativas, y se respetarán o acrecentarán los valores del mismo-. De conformidad con la normativa establecida, la Consejería de Cultura trasladó oficialmente la declaración de Bien patrimonial Inventariado al Ayuntamiento de Voto con objeto de que éste tomase conocimiento de su valor y significado.

Fachada principal de la Casa del Pico de Velasco con las dos familias de caseros, en tiempos del VII marqués (c. 1906).
Foto de Javier González de Riancho Gómez CXCIV

En esta edificación entre Angustina y Carasa, separado de Limpias por el río Asón, se entrecruzan la historia y la leyenda y esto la confiere de un halo mítico y singular. Un manuscrito del siglo XVI del Condestable de Castilla, Pedro Fernández de Velasco relata que después de que los godos señorearan España, uno de ellos llamado Velasco, edificó una torre cerca de un monte con una peña en lo alto, al que llamaron el Pico de Velasco.  Dominadora de la costa y del territorio, fue considerada   casa solar de los Velasco, uno de los linajes más importantes y cercanos al rey en la Castilla medieval y moderna.

En 1653, sobre los cimientos de la torre, el Caballero de la Orden de Santiago y primer marqués de Pico Velasco, Francisco de Velasco y Alvear, Capitán General del ejército de Flandes y gobernador de la Ciudadela de Amberes reconstruyó la casa. De ella nos han llegado fotografías, era y sigue siendo de planta cuadrangular, dos plantas, piedra de sillería y tejado a cuatro aguas. En la planta baja una arquería de tres arcos de medio punto precede al soportal. En la planta superior, sobre la arquería de la primera planta, se dibujan tres vanos rectangulares con balcones enrejados, el del centro está coronado por el escudo sobre Cruz de Santiago de armas de Arce y de Velasco.

La Dirección General de Cultura en 2008 la declaró inmueble a proteger, incluyéndole en el Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria, por ser “ejemplo de la arquitectura civil del S. XVII”.  De forma impecable, el Gobierno de Cantabria la incluyó en la categoría de bien protegido para preservar su imagen y carácter ante las posibles destrucciones, o transformaciones que pudieran amenazarle en el futuro. Fruto de esta inclusión y respetando la ley y tal como dice el artículo 53 de la Ley de Patrimonio, –las actuaciones que se pretendan hacer en un bien inventariado han de respetar las características esenciales del inmueble, se conservarán las características topológicas, morfológicas, espaciales y volumétricas más significativas, y se respetarán o acrecentarán los valores del mismo-. De conformidad con la normativa establecida, la Consejería de Cultura trasladó oficialmente la declaración de Bien patrimonial Inventariado al Ayuntamiento de Voto con objeto de que éste tomase conocimiento de su valor y significado.

La Casa del Pico de Velasco.
Izquierda: estado en 1997 (foto de Celestina Losada Varea). Derecha: estado de las obras en septiembre de 2016.

Sin embargo, el tiempo la fue llevando al olvido y con ello inició su deterioro. En diferentes foros se llamó la atención sobre su estado, mientras la casa perdía totalmente la cubierta. Hispania Nostra la incluyó en su Lista Roja de Patrimonio.

Recientemente se anunciaron trabajos para recuperarla y nos invadió el optimismo que poco a poco ha ido transformándose en sorpresa y después desconsuelo. La rehabilitación se ha transformado en una obra nueva que poco o nada tiene que ver con la recuperación.  Sobre la segunda planta se ha construido un edificio nuevo y diferente que transforma el edificio y le hará irreconocible, da la sensación que se ha construido un chalet sobre la casona, sin mantener el volumen y la tipología y carácter de la casona protegida.

Entendemos que al modificarse las características volumétricas, topológicas, morfológicas y espaciales más significativas de la casona, la obra incumple lo dispuesto en la letra y el espíritu de la Ley de Patrimonio. Por otro lado, también incumple la normativa urbanística municipal y autonómica, tanto en lo que se refiere a las alturas permitidas, como a la forma y a las dimensiones de la cubierta. El recuerdo visual se ha modificado de tal manera, que ya no se reconoce como una casona tradicional de la zona, y por consiguiente ha dejado de ser un ejemplo de la arquitectura civil del siglo XVII, que fue el motivo de su declaración.

Es muy difícil de entender que el Ayuntamiento de Voto le haya concedido la licencia de obras y que estas, hayan sido autorizada por Cultura. Es preciso que las autoridades competentes sin pérdida de tiempo y con el mayor interés, tomen las medidas oportunas para adecuar las obras del edificio a la legalidad vigente o en caso contrario, la Consejería de Cultura deberá proceder a descatalogarlo y excluirlo del Inventario General del Patrimonio Cultural de Cantabria y explicar a qué se debe esta actuación contraria a su obligación de transmitir a las generaciones futuras el significado histórico y artístico de la Casa de Pico Velasco.