Publicado en eldiariomontanes.es el 20 de marzo de 2016.

El debate en torno al Museo de #Prehistoria y Arqueología de Cantabria está servido, ya nadie duda de que estamos ante el patrimonio cultural de mayor relevancia internacional que alberga nuestra región. Se buscan vías de solución para una joya mal tratada, pero con el calor del debate se puede estar desvirtuando su verdadero sentido.

El pasado enero tuvo lugar en el Ateneo de Santander una mesa redonda organizada por el #GrupoAlceda sobre el futuro Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria. El auditorio se quedó pequeño, prueba del gran interés que suscita en la ciudadanía. Fueron invitados todas las instituciones afectadas y partidos políticos.

Se habló del permanente estado de provisionalidad del museo, de la fragmentación de sus fondos, de su biblioteca encerrada en cajas. Se reflexionó sobre el papel que debe de jugar el museo para la región y la consiguiente repercusión social, turística y económica que conlleva.

El debate de días posteriores ha derivado en el enfrentamiento político. Injustamente se ha involucrado la llegada del Archivo Lafuente, merecedor de todo reconocimiento por su generosa e inteligente gestión, que ha conseguido para Santander la única sede del Museo de Arte #ReinaSofía fuera de Madrid.

Esa polémica se centró en donde estaría la futura sede del #MUPAC. Surgieron ofertas desde numerosos municipios, conscientes del potencial del este recurso cultural: Altamira, Santillana del Mar, Torrelavega, Puente Viesgo, Ramales, Comillas, o Villaescusa, exponen argumentos lícitos para justificar su candidatura. Radio, televisión y prensa airean el debate y encuestan a ciudadanos y expertos sobre la solución idónea. Alcaldes, Presidente del Gobierno, grupos políticos, propician demostraciones de apoyo que alimentan el fuego de una decisión que debería tomarse con la cabeza bien fría, debidamente asesorada y justificada.

El futuro del Museo de Prehistoria se está debatiendo en el terreno político, sin pararse a escuchar a profesionales y técnicos. Es preciso incorporar mucho conocimiento al debate, hacer recuento de lo que han sido la prehistoria y la arqueología de la región, lo sucedido en las últimas décadas y la situación actual, no es cuestión de resolver de un plumazo cuestiones que se llevan reivindicando durante décadas. Vale ya de pensar y actuar a ritmo de legislaturas, es imprescindible trabajar a medio y largo plazo si queremos llegar a ser un museo de referencia internacional. Tenemos el privilegio de albergar en #Cantabria un patrimonio de la Humanidad, y consecuentemente tenemos la responsabilidad de demostrar con hechos el aprecio que la cultura prehistórica merece.

Durante décadas se han demandado unos almacenes adecuados donde disponer los hallazgos de manera catalogada y accesible, con el imprescindible laboratorio complementario, biblioteca, talleres de restauración y aulas donde poder estudiar y trabajar. Se precisa un auditorio donde organizar conferencias y seminarios, y crear una actividad cultural programada. Creemos se debe aprovechar la ocasión para hacer las cosas mejor, para crecer y para demandar lo imprescindible, que es lo que no ha habido durante décadas. La aspiración última sería llegar a tener una nueva sede, pero para ello es preciso un PLAN DIRECTOR que garantice estas demandas y defina los plazos y la estrategia para lograrlos, proyectar un horizonte a 20 o 30 años. Además, también tiene trascendencia turística, educativa y social. La cultura, la economía y el prestigio de la región están en juego, y por ello precisa de un proyecto interdisciplinar. No se puede decidir de manera precipitada. Es obligado actuar con la modestia y responsabilidad propias de la situación económica que nos rodea, actuar en fases, pero en la dirección adecuada.

Se debería apostar por un órgano autónomo con un perfil que predomine lo técnico sobre lo político y que administre museo, cuevas y lugares arqueológicos como una sola entidad de alcance regional, con subsedes asociadas a cada yacimiento, y una sede central donde se despliegue todo su potencial expositivo, se sitúen sus almacenes, se investigue y se generen diferentes actividades culturales,

Más que una sede, creemos, se debe convertir nuestra región en centro de referencia internacional del paleolítico, por sus yacimientos y por el conocimiento que se tiene de ellos. Si es así, los investigadores de Harvard, Londres, Moscú o Berlín, y aficionados de todo el mundo, tendrán que acercarse a Cantabria a estudiar lo que aquí tenemos y ofrecemos. Por eso no es cuestión de construir un súper museo y olvidar todo lo demás. Es preciso constituir un organismo de escala territorial con la participación de todos los municipios con yacimientos arqueológicos, con el propósito de formar y actuar como una red. Asociar subsedes de escala menor, dotadas de material expositivo y con una gestión coordinada. Todos los emplazamientos resultan indispensables para definir la dimensión de este proyecto, y Santander habrá de jugar el papel que le corresponde como capital de la región, capaz de aportar la mayor visibilidad, accesibilidad y conexión con otras instituciones.

La sede nunca debe ser más importante que el museo. La polémica de la localización del #MUPAC es solo la punta de un iceberg repleto de incógnitas que solo podrán ser resueltas por una gestión técnica y profesional de todo nuestro Patrimonio Arqueológico.